La Serpiente de Fuego 5

|

No le hablemos a los extraterrestres…………….

Stephen Hawking, 25 de Abril de 2010

Lo bueno de trabajar en el Laboratorio de Inteligencia Artificial del MIT, es que se tiene acceso de primera mano a muchos de los misterios a los que el grueso de la gente calificaría meramente como leyendas urbanas. Lo malo es que, si no apareces lo suficientemente alto en el organigrama, la mayoría de las veces nunca te enterarás de que la cinta con la que has trabajado por tres días, y que claramente está identificada como “audio de acceso restringido”, no son sólo palabras en un lenguaje no identificado, sino que además de todo, fueron pronunciadas por un ser superdotado.

Sentado frente a un panel de tres pantallas, Donald Fryer ve adormilado como el algoritmo frenéticamente analiza cada onda, inflexión y frecuencia de aquel pequeño grupo de sonidos y los va estructurando de acuerdo a una base enorme de lenguas antiguas con la esperanza de encontrar alguna semejanza.

En primera instancia los lingüistas del instituto habían analizado aquellas palabras sin éxito, así que como en no muy pocas ocasiones anteriores, le han dejado la tarea a “Ross”, como cariñosamente llama al servidor que ejecuta la enorme tarea de comparar y comparar y comparar.

- ¿Algún avance Fryer? – preguntó el Dr. Smith provocando un tremendo sobresalto al muchacho que para ese momento estaba más que aburrido.

- ¡Demonios Smith! – Un día vas a matarme.

– ¡Oh vamos Don, no exageres! -, contestó aquel hombre en sus cincuenta. A tu edad yo soportaba eso y más.

- ¡Ajá, será porque usted a mi edad movía algo más que sus dedos!, llevo demasiadas horas con esto -.

- No te quejes muchacho, a mi edad no ganaba lo que tú -, el chico hizo una mueca y continuó con lo suyo.

El viejo se apoyó por la espalda de Fryer y ajustó sus pequeños anteojos para apreciar el asombroso caos que se llevaba a cabo en los tres monitores.

- ¿Logró saber de donde procede el “ruido”? –

- Nada. Pero al parecer fue grabado en Monterrey -, contestó Smith sin quitar la vista de los número y letras que iban y venían.

- ¡¿Y por qué no la mandaron a Berkeley?!, ¡tengo mil cosas que hacer antes que esta……….! -. Un zape en la cabeza interrumpió su frase abruptamente.

- ¡Monterrey, México; idiota!, ¡no Monterey, California! -, replicó Smith en un tono más que burlón.

- ¡Y no te quejes, esto es grande y viene directamente del Tío Sam! –

- ¡Ah, vaya!, pensé que había dicho que no sabía de dónde venía -, contestó el chico mientras se sobaba la cabeza.

- ¡Oh ya cállate y sigue trabajando!, refunfuñó su jefe mientras salía por la puerta corrediza.

- ¡Esto le va a costar una pizza doble! – alcanzó a gritarle.

Por otras tres horas, la maquina siguió su incansable recital de cálculos, repasando la historia del hombre a través de la fonética de sus lenguajes, y con cada fonema correlacionado, la mente de Fryer rebuscaba entre su conocimientos lingüísticos sin poder armar nada con sentido. Cuando finalmente la impaciencia y el hambre elevaron su mal humor hacia los cielos, sobre el lcd principal se desplegaron las palabras decepcionantes que indicaba que el análisis había terminado: Correlaciones Irrelevantes. A punto estaba de maldecir por todo aquel tiempo malgastado, cuando el mensaje sobre el recuadro inmediatamente por debajo de aquellas ingratas palabras, lo consoló aunque sea un poco: Mandarín 14%, Maya 21%, Fon antiguo 16%

- ¡Algo es algo! – pensó para sus adentros.

0 comentarios: