La Serpiente de Fuego 4

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Dolores de cabeza, eso era exactamente a lo que Ramiro Cuevas, Director General de Seguridad, se estaba acostumbrado últimamente. El giro que habían tomado los acontecimientos desde lo sucedido en Monterrey, había hecho que la conveniente desaparición, pérdida de memoria o muerte de cientos de criminales, se transformara de improviso en una situación de seguridad no sólo nacional sino ahora internacional. Después de todo, hasta hace unos días la existencia de entidades con súper poderes era materia de cómics y libros para jóvenes; y sin embargo, ahí estaba en su pantalla. Rebobinando y rebobinando, trataba de explicar el video de ese “algo” acabando con un narco retén sobre la avenida más concurrida de Monterrey, Nuevo León. Definitivamente, ya estaba demasiado crecido como para lidiar con este aluvión de preguntas y sorpresas.

-Toc, toc-, el llamado a la puerta de su amplia oficina lo sacó de sus pensamientos.

- Adelante -

- Sr. Secretario, aquí está el reporte de inteligencia-.

La hermosa chica dejó un enorme folder de documentos sobre el viejo escritorio de caoba mientras el director Cuevas les daba una mirada recelosa, como temiendo revisarlos. – Es todo Miriam, puede retirarse –

- Con su permiso Sr. Secretario – contestó su asistente y mientras se daba media vuelta, el viejo pudo deleitarse con las firmes pantorrillas de la muchacha. Un lascivo pensamiento surcó su mente, y sonrió paras sus adentros.

Conforme avanzaba en la lectura del informe, el ceño se le fruncía aún más. La incertidumbre se transformaba en sorpresa y finalmente, cuando llegó a las últimas páginas, su preocupación ya era un tsunami en su corazón.

- Miriam, comuníqueme con el Presidente por favor –

- En seguida, Sr. Secretario – contestaron del otro lado de la línea, y por unos 10 segundos, lo único que escuchó fue la melodía de “Candilejas”.

- Lo comunico Sr.-

- Gracias Miriam –

- Buenas tardes Ramiro, ¿qué me tienes? – dijo una voz severa

Un profundo suspiro se escuchó antes de recibir respuesta. – Señor, después de terminar el análisis del patrón de desapariciones, pérdida de memoria, asesinatos de integrantes de los cárteles en el país y tomando en cuenta los testimonios de los testigos en el caso de Monterrey, definitivamente podemos concluir que esta entidad es la responsa……..-

- ¡Maldición General! -, rugió el auricular. – Eso lo sabe cualquier mendigo en esta ciudad. Necesitamos algo más, ¡no puedo salir a dar otro mensaje como el de ese día!. Cada minuto recibo la llamada de alguno de los embajadores en esta ciudad para hacerme preguntas estúpidas acerca de este monstruo –

- Perdón Sr. Presidente – lo interrumpió Cuevas con un tono conciliador

- No, Ramiro, perdóname tú. Se que estás haciendo un gran trabajo, es sólo que la presión……. –

- Señor….. se podrá peor – le volvió a interrumpir

- ¿Qué quieres decir? – la ansiedad en su pregunta subió como espuma.

- Ya no sólo gente de los cárteles están siendo objetivos….. Servidores Públicos, Sr. Presidente -, remató Cuevas.

- ¡¿Qué?!, ¿Qué tan altos Ramiro?

- Medios Señor – Contestó cuevas esperando otro sermón subido de tono.

Tras unos segundos de espera eterna, una maldición fue lo último que se escuchó antes de que un auricular se partiera en dos en la casa oficial de Los Cedros.

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