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Despierto de mi sueño entre pesadilla y paraíso. Hoy se pone fin a parte de mi agonía y al sufrimiento silenciosos de la incertidumbre y la culpa velada. Mi retoño más pequeño ha sido liberado y ahora podrá crecer a su antojo, sin la angustia de mi parte por el que pasará, ahora cuenta solo el hoy y el mañana muy inmediato. ¡Qué depara el futuro?, no lo se, que sea feliz el tiempo que dure y llegado el momento, pedir por la fuerza necesaria para evitar el dolor innecesario.

De mi garganta como jauría furiosa el grito ahogado del llanto contenido lucha a muerte con mi conciencia educada. Creo que el hubiera, ha dejado de ser mi amo. Dolerá, y mucho, pero estoy seguro que el recuerdo fresco de sus risas y ocurrencias, con su manto suave y cálido a mi corazón herido confortará.

Te amo mi pequeña.............................. mi accidente más hermoso.

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