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Señora mía

Señora,
algo de su aliento forma parte de todos,
porque en su suelo fértil la flor mas bella se ha engendrado;
llenándola de bondad y fortaleza,
de amor y grandeza.

Usted que ha cortado el viento arrachado,
merece mi humilde tributo a su fuerza y arraigo;
que en el capullo que su vientre ha formado,
gallarda su imagen refleja.

Gracias señora mía,
porque en su noble y ardua tarea de ser madre,
me ha dado generosa, parte del aroma sublime
de su creación más preciosa.


Serpen Phlox
20 de Mayo de 1997

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