Arde simple y gustosa la alegría
en tu corazón antes triste,
golpeado sin piedad por la infortuna,
gracia Dios te conceda
pero por favor no me confundas.
He llegado a tí arrastrado
y mi corazón naúfrago no se conforta;
acaso somos hijos del azar?,
si es así, por favor no me maldigas.
en tu corazón antes triste,
golpeado sin piedad por la infortuna,
gracia Dios te conceda
pero por favor no me confundas.
He llegado a tí arrastrado
y mi corazón naúfrago no se conforta;
acaso somos hijos del azar?,
si es así, por favor no me maldigas.
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